¡Qué egoístas! Como es posible que no dejen nada para los demás. La tierra, el agua y, con esos saltos, en cuatro días el aire. Nos están conquistando, con esos ojillos saltones, decimos: "¡Qué majos!". Nos tienen anonadados, absortos, hipnotizados. ¿Cómo saldremos del encantamiento?