Ni la religión ni nuestro estilazo podrán detener a esos extraños tipos. Más vale que tengáis los pantalones bien sujetos con el cinturón, porque si no se os van a caer estrepitosamente, dejando a la luz vuestra ropa interior. Dependiendo de lo ceñida que esté, podréis sonrojaros o no. ¿Qué, qué de qué?