foto ¡Por Júpiter!
¡Por Júpiter!
O cualquiera de los otros dioses que los locos romanos adoraban. La lista era tan larga, que prácticamente era imposible que un romano hubiese adorado a todos los dioses, al menos una vez en la vida, antes de morir. Cuando esto sucedía al fin, como a todo bicho viviente, aquellos dioses ultrajados por la "no adoración" ¿se la tendrían jurada al tipo?

Nuevo vídeo de Ciencias Sociales / La religión romana